Gira tu dispositivo para una experiencia óptima
Gira tu dispositivo para una experiencia óptima
Más de 12.000 personas disfrutarán en Trebujena de los garbanzos más deliciosos. El 1 de diciembre se celebra la fiesta del vino joven. Es la fiesta de “los garbanzos como conejo” de Trebujena que el primer domingo de diciembre se convierte en la capital gastronómica de la provincia.
Rescataron un plato de los años cuarenta y más de 12.000 personas acuden cada año a Trebujena para celebrarlo y brindar por el vino joven.
Todo empezó en 1979 con la I Fiesta-Concurso de Cocina y Mosto para celebrar la llegada del vino joven, impulsar la Semana Cultural del municipio y celebrar un día de convivencia vecinal. Pero se superaron todas las previsiones.
La clave está en el guiso de los garbanzos y sobre todo en el ingenio. Ni son grandes como conejo, ni lo llevan como ingrediente, pero están deliciosos. Un plato de postguerra, de aquellos tiempos en los que se compensaba con imaginación la falta de alimentos. Y los garbanzos se acompañaban con arroz, con ajo, se le añadía laurel, perejil, azafrán, sal y vino… ¡y sabían a garbanzos con conejo!
El 1 de diciembre, muy temprano, comienza el ir y venir de los cocineros, de los ayudantes, del jurado, de los visitantes. Todo un espectáculo entorno a las más de cien fogatas en las que se cocinarán al aire libre el plato más popular de Trebujena. Y el autor del guiso más exquisito se convertirá en Cocinero Mayor de la Villa.
Y más de 300 kilos de garbanzos para que nadie se quede sin probar el plato más conocido de esta localidad generosa, que también ofrece al visitante sardinas, carnes y otras tapas. Y por supuesto, garbanzos en una gran variedad de estilos.
El concurso se celebra en el recinto ferial de Trebujena –que cuenta con un aparcamiento para unos 3.000 vehículos -y concluye a las dos y media de la tarde, pero el bullicio continúa hasta mucho después en la caseta municipal y en torno al centenar de peñas.
El encuentro se convierte así en la mejor promoción de la cultura gastronómica y vitivinícola de la localidad, una vocación del siglo XV que ha marcado el modo de vida de Trebujena, productora de un vino joven, blanco y afrutado de gran prestigio.
Coincidiendo con el concurso se pueden adquirir productos artesanos de la zona en la muestra de empresas: dulces, quesos, una gran variedad de vinos pero también plantas, muebles hechos a mano o artículos de mimbre y decoración.
Y sobre todo es una oportunidad estupenda para conocer esta ciudad antigua, que fascinó a Steven Spielberg y se hizo famosa por su horizonte, por sus marismas y sus atardeceres hasta convertirse en escenario de “El imperio del Sol”.
Pero Trebujena tiene mucha historia que contar porque ha sido una tierra rica desde la Prehistoria. Fenicios, romanos y musulmanes dejaron su impronta en la villa que ya en el siglo XI comerciaba con Oriente.
Hoy exporta vino –en la villa hay más de un millar de socios en las cooperativas- y es una de las principales productoras de España de angulas y camarones. Al ajillo están exquisitos. Y más en Trebujena.
