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Cultura
Gastronomía
Cádiz oculta
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Lo más profundo de la Sierra de Grazalema, está salpicada de pueblitos blancos que tuvieron una gran relevancia histórica para diferentes culturas y por diversos motivos. ¡Queremos que también vibres con toda esa valiosísima herencia! Para ello, te proponemos arrancar en el pueblo a mayor altitud (858 metros) de la provincia de Cádiz. Villaluenga del Rosario, a los pies de un enorme macizo de piedra caliza, parece alejado de todo y ajeno a los conflictos que hay más allá de este lugar bendecido por los dioses.
Tras gozar de la paz genuina con un paseo por este pueblo, te proponemos llevarte a la boca uno de los manjares locales: su queso artesano. En la Finca Las Hazuelas podrás degustar el famoso queso papoyo, galardonado con más de un centenar de premios que avalan su calidad. ¡Bienvenidos al paraíso de los quesos!
Y si lo que de verdad te llama es la adrenalina, también estás en el lugar oportuno. Las montañas de los alrededores están llenas de cavidades que se pueden explorar de la mano de la Escuela de Espeleología y la Federación Andaluza, con delegación y albergue en el pueblo. Aunque la sima de Villaluenga es la más conocida, un experto en la materia te puede descubrir muchos otros misterios de las profundidades de la tierra. Dicen que hay más de 80 cuevas y simas.
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LLegamos a Benaocaz. Este también apacible pueblo blanco ofrece una preciosa arquitectura nazarí de las mejor conservadas de la comarca. Sin ser un experto ya percibirás que el arte islámico aún perdura aquí con intensidad. No es casualidad que esta zona fue de las últimas en ser recuperadas por los cristianos, junto con Granada.
Pero Benaocaz es también guardián de otro vestigio histórico mucho más antiguo. Roma también estuvo aquí. En su extensa red de calzadas que comunicaban todo su Imperio, dejaron en Grazalema un testimonio inalterable de su disciplina urbanística. ¡Tienes que ver con tus propios ojos como casi dos milenios después aún se conservan los guijarros, el ancho, los desaguaderos y los puentes! Te recomendamos revivir este sendero con un paseo sencillo de una hora hasta nuestra siguiente parada: Ubrique. No te preocupes que es una caminata muy sencilla y para disfrutar. Hasta llegar ahí, puedes imaginar en esta calzada jinetes con espadas, caravanas con mercancías, asaltantes y formaciones de ejércitos expansionistas.
A estas alturas ya tendrás hambre y ¡cómo se come en Ubrique! Resulta difícil decantarse por alguna de las muchas buenas opciones pero por las unánimes buenas referencias te sugerimos el restaurante La Herradura, asador especializado en carnes de la sierra con muy buena atención y el restaurante Laurel de Miguel, variado y con buena relación calidad-precio.
Con el buche lleno, ya lo verás todo de otro color. Verás como Ubrique es un pueblo blanco pero con cierto dinamismo urbanita. Paseando por su agradable centro verás como una tras otra se repiten las tiendas centradas en la marroquinería en la zona. Y es que Ubrique es un referente mundial en el tratamiento del cuero. ¿Exageración gaditana? No señor. ¿Te suena Louis Vuitton, Gucci, Chanel, Loewe o Carolina Herrera? Pues todas han confiado de un modo u otro en los artesanos ubriqueños. Pero no busques esas tiendas en el pueblo, ni tan solo que esas mismas marcas lo reconozcan. Juan Antonio Sánchez, director de Ranchel, fabricante de artículos de piel, revela que todos sus trabajadores deben firmar un contrato de confidencialidad y está estrictamente prohibido hablar sobre sus clientes o sacar fotos dentro de la nave. El motivo de este secretismo es el temor a ser falsificados.
Si tras comprarte un bolso, cartera, cinturón o cualquiera de los productos elaborados en la localidad quieres terminar de empaparte de marroquinería, te recomendamos una visita al Museo de la Piel: Manos y Magia en la Piel(abre todos los días menos los lunes. En julio y agosto cierra los domingos y lunes) para entender hasta qué punto es importante aquí este arte.
¡Ha sido un día intenso! Para parar máquinas y procesar todo lo vivido te proponemos ir hasta los confines del parque natural los Alcornocales. Ahí, en una pronunciada ladera, se asienta Jimena de la Frontera con su característica estampa presidida por un castillo.
Para encontrar tu merecido descanso te sugerimos un alojamiento sobresaliente y que pone el acento en la historia de estas tierras. Tiene enorme valor patrimonial, es el precioso Monasterio de San Martín, un exclusivo hotel de 4 estrellas con todas las comodidades y unos exteriores e interiores sensacionales con todo el encanto de lo antiguo. Y es que este alojamiento está en un monasterio del siglo XVIII totalmente restaurado. Ahora ya puedes descansar y repasar en tus sueños todos los pueblos que lucharon por dominar estas tierras. Recuerda que ahora eres un privilegiado por poder disfrutarlas siempre que quieras.
Kilómetros: 73
Conducción estimada: 1 hora 46 min.
Días recomendados: 1
Atractivos: Cultura, naturaleza, gastronomía.
Ver recorrido en mapa: Google Maps
